La salida de 10 gobernadores, entre ellos el de Coahuila, de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), bajo el argumento de que esta alianza se convirtió ya en un mecanismo obsoleto y de simulación, incapaz de significar un contrapeso para el Gobierno federal, pudiera ser la antesala de acciones separatistas de mayor trascendencia para nuestro país.
Y es que, como ya había advertido en anteriores columnas, desde abril pasado desempolvé el término “balcanización”, léase:
https://www.zocalo.com.mx/opinion/opi-interna/la-balcanizacion-mexicana-primera-parte y https://www.zocalo.com.mx/opinion/opi-interna/la-balcanizacion-mexicana-ii, y que se refiere a la separación, desmembración o división de un país unido geopolíticamente, para quedar separado en pequeñas naciones que antes fueran entidades federativas o estados, causando con esto una división en sus culturas e identidades. Como ejemplo reciente, tenemos lo sucedido en el caso de Cataluña en España.
Para quien dude que la separación de los estados de Chihuahua, Durango, Jalisco, Michoacán, Tamaulipas, Colima, Coahuila, Nuevo León, y Guanajuato de la Conago es un mal augurio para el futuro republicano de nuestra nación, déjeme decirle que, igual que yo, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de la bancada de Morena en el Senado de la República, la balcanización de nuestro país, después del desmembramiento de la Conago, pudiera convertirse en una realidad, y de tal situación, da cuenta el mensaje subido por el exgobernador de Zacatecas a su cuenta de Twitter, en la cual manifestó:
“La balcanización no va a ayudar y creo que es un momento clave para la unidad en torno a la República y al Pacto Federal, su ausencia es lamentable, pero es una decisión personal y voluntaria. Ojalá puedan recapacitar y mantenerse unidos en la Conago” aseveró vía internet el legislador.
Como es de verse, la palabra “balcanización” fue utilizada sin tapujos por el morenista, lo que nos lleva a intuir, que algo sabe, y que no es solamente lo relativo a la salida de estos 10 estados de esa conferencia.
Entonces, de darse la separación definitiva de estos 10 estados –que hoy conforman la autoproclamada Alianza federalista– de la actual Federación, nuestra República Mexicana estaría sufriendo un moderna balcanización, lo que quizá, no es por nada recomendable en estos tiempos de desaceleración económica a consecuencia de la pandemia, ya que a pesar de las injustas participaciones que estamos recibiendo, al quedarnos sin un ingreso federal, los gobiernos estatales independientes tendrían un menor presupuesto seguro, el cual sería insuficiente para financiar cualquier proyecto de infraestructura, lo que les obligaría a implementar sistemas más agresivos de recaudación contra la población.
Sin embargo, lo anterior solo se daría en una primera etapa, ya que a decir verdad, la aportación que nuestro estado hace a la Federación de manera regular es bastante y suficiente como para garantizarnos un crecimiento constante, ya en condiciones normales.
Además, de seguir así la distribución discrecional y preferencial hacia los estados del sur, la separación de Coahuila, será la única alternativa para estar mejor y para que los coahuilenses en verdad disfrutemos del producto de nuestro trabajo.